Gastronomía extrema: Cenando en un volcán

Hace un tiempo, una pareja de huéspedes del hotel Holt de Reikiavik preguntó a Fridgeir Eiriksson, jefe de cocina, si podía servir una cena las cercanías del volcán Fimmvorduhais.

Aunque acababa de entrar en erupción, el chef no se negó, sino que, consciente de la nueva tendencia que inauguraba, comenzó a preparar la logística.

Los clientes ascenderían en helicoptero mientras que sus ayudantes y él irían en todoterreno. Pero, ¿cómo cocinar los alimentos en medio de un volcán? Sencillo, aprovechando la propia lava, que alcanza temperaturas subterraneas de 170 grados.

¿El menú? Sopa de pescado, langosta a la parrilla (o a la lava, no sabemos muy bien), rape y pechuga de pollo; todo ello regado con un buen champán.

La experiencia no es fácil de organizar, por lo que este hotel, y otros que han seguido la pista en Islandia u otros lugares como Hawai, piden en torno a 500.000 de euros por repetirla. A muchos (entre ellos me incluyo) les parecerá una locura, pero las cenas extremas están de moda.
Más ejemplos: las comidas en el cielo, servidas por el famoso chef Joel Robuchon con una grúa que eleva a los comensales a 50 metros de altura; o la experiencia Outstanding in the field, que ofrece almuerzos en los más increíbles rincones de la naturaleza.

En definitiva, no está todo inventado en un mundo gastronómico que no para de sorprendernos.

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