Brutus: Brutalmente desproporcionado

Nos toca hablar hoy de la experiencia gastronómica que tuvimos recientemente en el restaurante Brutus situado en los bajos de El Molinón, Gijón.

Este establecimiento pertenece a la cadena del mismo nombre, presente en diversos lugares de España.

Cuando fuimos sabiámos lo que había, pero nada nos había preparado para lo que nos íbamos a encontrar. 

Empecemos primero hablando del local. Nada más ya te da la sensación de que estás entrando en un circo, y es que TODO es gigante. La carta, los botes de ketchup, la decoración absurda... Todo.

Una vez vista la enorme (que no profunda) carta, nos dispusimos a degustar lo que habíamos pedido: una hamburguesa Brutus.... Para  compartir entre 3 personas.
Este plato nos dio una de cal y otra de arena. La carne nos soprendio muy positivamente, pues estaba muy bien hecha; pero el pan era congelado y estaba algo acartonado

Como los Jornaleros somos de buen comer, decidimos que aquello no era suficiente, y encargamos una ración de nuggets. Decir nuggets es una curiosa manera de decir "filetes empanados", porque el tamaño se asemejaba más a esto último.

La parte mala, y desgraciadamente empieza a ser cada vez más frecuente, fue la atención. Cuando llegamos, el camarero se acercó a nuestra mesa y no pronunció ni una sola palabra. Simplemente se quedó mirando para nosotros como una estatua, esperando que le dijésemos algo.

En definitiva, un restaurante al que ir si se busca una experiencia original y divertida con una comida aceptable.

Rating NVdJ: Pez amarillo